Desde que comencé a trabajar con herramientas para optimizar mi manera de gestionar equipos deportivos empecé a cambiar aspectos de mi manera de comunicar, motivar y hasta de generar aprendizajes en los jugadores.
Mi rol en los equipos deportivos que integre fue evolucionando. En un momento de mi carrera me di cuenta que no quería ser un preparador físico convencional. Por mis retinas habían pasado todo tipo de trabajos de investigación destinados a desintegrar el deporte y entender la gran cantidad de variables que influyen en el resultado.
En un momento de esa búsqueda incesante encontré en internet un aula del profesor Victor Frade (inef de Porto) y todo en mi cabeza empezó a revolucionarse.
Con esos rasgos obsesivos que me caracterizaban por ese entonces busque todo lo que había sobre esta persona, absolutamente todo y les puedo asegurar que encontré mucho. Apareció la periodización táctica, filósofos, profesores y quizás una persona conocida por todos Jose Mourinho.
Pase mas de tres años investigando estudiando y a medida que pasaba el tiempo me iba dando cuenta que en argentina me iba a costar mucho trabajar de nuevo. Pero un día como siempre cuento apareció una persona con ideas distintas que había vivido 18 años en Europa mas precisamente en España muy cerca de donde nacieron esas corrientes que tanto había leido y me pidió una entrevista.
Fue con Pablo Guede que empezó una revolución en mi carrera como profesor a partir del campeonato logrado con Nueva Chicago en el 2014. Pablo tenía ideas muy claras y sencillas de como jugar, tenía un modelo de juego muy claro y no creía en el rol del profesor tradicional.
Con Guede logré ser el metodólogo para el que me había preparado durante tantos años, pude hacer que todos esos conocimientos teóricos que había acumulado durante tantos años destinados a facilitar aprendizajes ayuden a formar un equipo que ningún amante del fútbol va a olvidar apodado el Barsa de la B.
En aquel ciclo en la B metro el modelo, la forma de jugar era muy similar a la del barsa pero la metodología estuvo basada en gran parte en la periodización táctica. La preparación física (hoy muy controversial en argentina) fue desarrollada a partir de respetar la funcionalidad de cada jugador y es por eso que no tuvimos jugadores lesionados y logramos mantener el nivel de preparación durante todo el torneo.
Aquel ciclo con Pablo, mi paso por juveniles y el corto y exitoso ciclo en reserva junto a Nania que nos permitió ayudar recientemente a Chicago en primera fueron sin dudas de una gran experiencia y me hicieron volver a creer en que la gestión de un equipo de fútbol es simple y se trata de lograr identificar que demanda cada momento, cada situación que se nos presenta y tomar permanentemente decisiones en función de la experiencia y el conocimiento. Creo en que hay que conectarse con los jugadores con sus características y preocuparse por sus necesidades para facilitar a partir de herramientas concretas aptitudes tácticas, físicas, técnicas o actitudinales siempre en función del modelo de juego.
Lo único complejo en el fútbol es la interferencia que hay en el medio y que a veces es tan grande que destruye la escénica del deporte más lindo del mundo.
Mi rol en los equipos deportivos que integre fue evolucionando. En un momento de mi carrera me di cuenta que no quería ser un preparador físico convencional. Por mis retinas habían pasado todo tipo de trabajos de investigación destinados a desintegrar el deporte y entender la gran cantidad de variables que influyen en el resultado.

Con esos rasgos obsesivos que me caracterizaban por ese entonces busque todo lo que había sobre esta persona, absolutamente todo y les puedo asegurar que encontré mucho. Apareció la periodización táctica, filósofos, profesores y quizás una persona conocida por todos Jose Mourinho.
Pase mas de tres años investigando estudiando y a medida que pasaba el tiempo me iba dando cuenta que en argentina me iba a costar mucho trabajar de nuevo. Pero un día como siempre cuento apareció una persona con ideas distintas que había vivido 18 años en Europa mas precisamente en España muy cerca de donde nacieron esas corrientes que tanto había leido y me pidió una entrevista.
Fue con Pablo Guede que empezó una revolución en mi carrera como profesor a partir del campeonato logrado con Nueva Chicago en el 2014. Pablo tenía ideas muy claras y sencillas de como jugar, tenía un modelo de juego muy claro y no creía en el rol del profesor tradicional.
Con Guede logré ser el metodólogo para el que me había preparado durante tantos años, pude hacer que todos esos conocimientos teóricos que había acumulado durante tantos años destinados a facilitar aprendizajes ayuden a formar un equipo que ningún amante del fútbol va a olvidar apodado el Barsa de la B.
En aquel ciclo en la B metro el modelo, la forma de jugar era muy similar a la del barsa pero la metodología estuvo basada en gran parte en la periodización táctica. La preparación física (hoy muy controversial en argentina) fue desarrollada a partir de respetar la funcionalidad de cada jugador y es por eso que no tuvimos jugadores lesionados y logramos mantener el nivel de preparación durante todo el torneo.
Aquel ciclo con Pablo, mi paso por juveniles y el corto y exitoso ciclo en reserva junto a Nania que nos permitió ayudar recientemente a Chicago en primera fueron sin dudas de una gran experiencia y me hicieron volver a creer en que la gestión de un equipo de fútbol es simple y se trata de lograr identificar que demanda cada momento, cada situación que se nos presenta y tomar permanentemente decisiones en función de la experiencia y el conocimiento. Creo en que hay que conectarse con los jugadores con sus características y preocuparse por sus necesidades para facilitar a partir de herramientas concretas aptitudes tácticas, físicas, técnicas o actitudinales siempre en función del modelo de juego.
Lo único complejo en el fútbol es la interferencia que hay en el medio y que a veces es tan grande que destruye la escénica del deporte más lindo del mundo.
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